En ocasiones creemos encontrar al compañero ideal de un viaje que cada vez se hace más corto, hasta que un nuevo naufragio nos devuelve a la realidad... cosas de Némesis, supongo. ¿Que quien es Némesis?, nada menos que la señora diosa del panteón olympico encargada de recordar a los humanos que no han nacido para alcanzar la felicidad, podemos y debemos buscarla, como establece la mazónica constitución de Franklin, y hasta rozarla por un instante, pero nunca poseerla...esto nos convertiría en dioses de un solo plumazo, alejándonos del camino. Ir tras ella da sentido a nuestra vida.
Pero, ¿camino?, ¿qué camino? ese que se hace al andar, como diría el poeta, o aquel que ya viene marcado por nuestro destino. Bueno, sea cual fuere nos alejaría de él.
La verdadera felicidad, según Epicuro, consiste en la serenidad que resulta del dominio del miedo, es decir, de los dioses, de la muerte y de la vida futura. Nuestra vida debería ir dirigida a resolver estos temores. Menuda vida, la mitad de ella aprendiendo a temer y la otra resarciendo lo aprendido. a desandar lo andado, envidio el amor de Ariadna que permitió a Teseo volver sobre sus pasos y liberarse del peligroso laberinto, a menudo, el amor se transforma en ese hilo que nos permite encontrar la salida.¿Somos esclavos de lo que sentimos, de nuestras percepciones?
Evidentemente.
Quiero suponer que el crecimiento va muy ligado a la posibilidad de liberarnos de esa falsa esclavitud, que no significa controlar los sentimientos sino reconocerlos, disfrutarlos.
Como todo, el desamor trae algo positivo. Al igual que la oscuridad permite apreciar la luz el "perder el sentimiento de amar" (es una canción de Elvis) nos enseña a ir reconociendo los verdaderos atributos del amor real, que como la felicidad, no sabemos si existe...pero entretiene:
Poco a poco, empleando el método de descarte, creo ir descubriendo lo que No es el amor aunque me temo que si sigo por este camino terminaré aceptando la imposibilidad de descubrirlo entre los humanos. Mientras más lo defino más me alejo de la realidad de esta especie:
El amor no trae conflictos...los diluye.
El amor no se esconde...se exhibe.
El amor no intimida...nos hace más valientes.
El amor no oscurece...ilumina.
El amor no separa...une.
El amor no esclaviza...libera.
El amor convierte lágrimas en sonrisas.
El amor no enferma...cura.
El amor convierte el dolor en alegría.
Todo lo que no es así, es un espejismo, un juego que puede llegar a ser muy cruel.
P.D.
Si hay alguien al otro lado de la pantalla y quiere agregar algo a esta utopía puede escribir un comentario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario